Cuando uno de los progenitores manipula a su hijo para que tenga sentimientos negativos por su otro progenitor, se habla de alienación parental. Te contamos en qué consiste y cómo influye en los procesos de derecho de familia.
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Contacta con nosotros¿En qué consiste el síndrome de alienación parental?
El síndrome de alienación parental (SAP) es el rechazo que siente un menor hacia uno de sus progenitores, provocado por la influencia que ejerce en el mismo el otro progenitor.
Es decir, este síndrome es el resultado de una serie de conductas por la que uno de los padres, el alienador, manipula a su hijo para que no acepte al otro.
Por lo tanto, no se puede hablar de síndrome de alienación parental, en ningún caso, cuando el rechazo que siente el menor está justificado; es decir, cuando es por razones provocadas por el propio progenitor al que rechaza.
Lejos de esto, la alienación parental es fruto de las actitudes por las que el otro progenitor logra ese rechazo en su hijo.
¿Cuáles son las actitudes propias de la alienación parental?
El menor que está siendo alienado contra uno de sus progenitores suele tener todo tipo de comportamientos negativos hacia el mismo: no quiere estar con él, lo acusa de hechos que son falsos, lo menosprecia, no valora los esfuerzos de la madre o el padre tendentes a mejorar la relación, etc.
¿Cómo influye la alienación parental en los procesos de derecho de familia?
Lo normal es que cuando un menor se encuentra afectado por el síndrome de alienación parental, no quiera vivir con aquel de sus padres contra el cual está manipulado. Por lo tanto, si es un niño con al menos 12 años o que se entiende que tiene madurez suficiente para ser escuchado, lo lógico es que manifieste que quiere vivir solo con el otro progenitor.
También es frecuente que el síndrome de alienación parental cause problemas al progenitor no custodio a la hora de ejercer el régimen de estancia y de visitas.
Es decir, si el progenitor al que el menor rechaza es aquel que no tiene su custodia, puede sufrir la negativa del niño a irse con él. No obstante, si no hay causa justificada que lo impida, el menor tendrá que estar con él el tiempo que le corresponde, hasta la mayoría de edad.
Esta es la teoría, pero en la práctica, los padres pueden decidir no obligar a sus hijos a que estén con ellos si estos no quieren. Puede suceder que entiendan que el niño tiene una concepción equivocada sobre ellos, pero aun así, no desean hacerles sufrir actuando en contra de su voluntad.
¿Cómo se puede determinar que existe un caso de alienación parental?
Este síndrome se puede detectar a través de una prueba pericial consistente en una evaluación psicológica, en las que se tendrá en cuenta la actitud de rechazo del menor hacia uno de sus padres.
Pues bien, se podrá decir que existe un síndrome de alienación parental cuando exista una relación de causalidad entre la actitud del niño hacia su padre y las conductas ejercidas sobre él por el otro progenitor.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que este tipo de estrategias encaminadas a la alienación no surten efecto en todos los niños. Así pues, lo importante es detectar que en efecto el menor tiene un rechazo real hacia uno de sus progenitores, y no que uno de ellos está actuando para conseguir ese fin.
¿Cuáles son las conductas típicas del progenitor alienador?
Como acabamos de comentar, lo determinante es poder establecer que el menor siente un rechazo cierto hacia uno de sus progenitores. No obstante, es importante saber cuáles son las actitudes que suele tener el padre que manipula al hijo en contra del otro:
- Menosprecia al otro progenitor delante de su hijo, ridiculizándolo, haciendo comentarios negativos, etc.
- Crea una mala imagen del otro padre basándose en mentiras y manipulaciones de la realidad.
- Trata de obstaculizar el derecho a la comunicación y la convivencia que tiene el otro padre.
- Premia de alguna manera a su hijo cuando manifiesta su desprecio hacia el otro progenitor.
- Infunde miedo hacia otro progenitor en el niño, a través de mentiras y engaños.
- Ridiculiza al menor cuando expresa sus sentimientos de afecto hacia el otro progenitor.
Hay que tener en cuenta que la alienación parental no está reconocida como síndrome por la Organización Mundial de la Salud, y que es una circunstancia que suscita un gran debate.
Sin embargo, es una realidad incontestable que los menores son utilizados como arma arrojadiza por los padres en muchos casos de divorcio, y poner al hijo en contra del otro progenitor es una de las formas de hacerlo.