En España es posible divorciarse de forma amistosa, pero cuando esto no es posible, es necesario acudir a juicio. A continuación te explicaremos en qué se diferencian el divorcio de mutuo acuerdo y el divorcio contencioso.
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Contacta con nosotros¿Qué es un divorcio de mutuo acuerdo?
El divorcio de mutuo acuerdo se produce cuando los dos cónyuges están de acuerdo en las medidas que regirán su divorcio respecto a los hijos en común, el uso de la vivienda habitual, la pensión alimenticia y la compensatoria y la liquidación de la sociedad de gananciales (en caso de que el régimen económico matrimonial fuera este).
En este caso, la demanda de divorcio la presentan ambos cónyuges o uno de ellos con el consentimiento del otro. Se acompañará la propuesta de convenio regulador, que recogerá los acuerdos a los que hayan llegado los cónyuges en los aspectos que mencionamos antes.
El Juez competente puede aprobar dicho convenio en la sentencia de divorcio, o modificar alguna de las medidas si hay hijos en común y el Ministerio Fiscal considera que alguna de las medidas perjudica al interés de los mismos.
¿Y un divorcio contencioso?
Un divorcio contencioso tiene lugar cuando los cónyuges no se ponen de acuerdo sobre las medidas que van a regir su divorcio, y por lo tanto, no pueden proponer un convenio regulador.
Uno de los cónyuges presenta la demanda de divorcio, que contendrá las medidas que este desea que rijan el divorcio. La otra parte podrá oponerse a las pretensiones del demandante y proponer las medidas que le interese en la contestación de la demanda, en cuyo caso se dice que el demandado reformula demanda reconvencional.
En este caso, es el Juez quien tiene que decidir sobre todos aquellos aspectos que deban quedar regulados después del divorcio, como la custodia de los hijos o la liquidación de la sociedad de gananciales.
Entonces, ¿cuáles son las diferencias entre el divorcio de mutuo acuerdo y el contencioso?
Existen varias diferencias importantes entre el divorcio de mutuo acuerdo y el divorcio contencioso:
Propuesta de convenio regulador
Este documento solo se presenta en el caso del mutuo acuerdo, ya que en el divorcio contencioso, no hay acuerdo entre los cónyuges sobre las medidas que regirán el divorcio, o al menos sobre parte de las mismas.
Celebración de juicio
Solo se celebra un juicio cuando se trata de un divorcio contencioso. En el divorcio de mutuo acuerdo, tan solo es necesario que el Juez apruebe el convenio regulador presentado por los cónyuges.
Asistencia de letrado y representación por procurador
Las partes pueden compartir abogado y procurador cuando presentan su divorcio de mutuo acuerdo. En cambio, cada cónyuge tendrá que llevar su propio letrado y procurador si el divorcio es contencioso.
Plazo para que llegue el divorcio
El divorcio de mutuo es más rápido, ya que solo es necesario que el Juez apruebe el convenio regulador presentado, mientras que el divorcio contencioso es más largo porque hay que celebrar un juicio.
Precio del procedimiento
Por lo general, divorciarse por la vía amistosa es más barato que hacerlo de forma contenciosa.
Los abogados y los procuradores cobran unos honorarios más altos cuando el divorcio es contencioso, por la especial complejidad de este proceso.
Además, en estos casos cada parte tiene que llevar su propio abogado y procurador, como ya hemos comentado.
Más información sobre los costes de divorcio en este post.
¿El divorcio contencioso se puede convertir en un divorcio de mutuo acuerdo?
Sí, el divorcio contencioso puede transformarse en un divorcio de mutuo acuerdo en cualquier momento del procedimiento. Tan solo es necesario que las partes presenten en el Juzgado un convenio regulador suscrito por ambas.
Como hemos visto en este artículo, el divorcio contencioso es un proceso más largo y que dura más que el divorcio amistoso. Por ello, siempre que sea posible, es recomendable llegar a un acuerdo con el otro cónyuge para presentar el divorcio de mutuo acuerdo.
Además, un juicio supone un enfrentamiento entre las partes, por lo que las relaciones entre estas tienden a resentirse más que cuando el divorcio es amistoso. Y ello suele perjudicar sobre todo a los hijos que los cónyuges tienen en común, que sufren especialmente al ver a sus padres enemistados.